Los muchachos futbolistas: una huelga de jugadores y la ausencia en dos mundiales
El periodista y escritor Ariel Borenstein estuvo en No Te Vayas Campeón para hablar de su último libro basado en el vínculo entre el fútbol y el peronismo durante la mitad del Siglo pasado. ¿Por qué Argentina no participó en los mundiales de Brasil 1950 ni de Suiza 1954?, uno de los interrogantes que responde.
El fútbol y el peronismo tienen muchos puntos de encuentro y también varias distancias. Sobre esa relación compleja, entre dos pasiones de multitudes, escribió el periodista Ariel Borenstein. “Los muchachos futbolistas” es un libro que narra la historia de la huelga que se realizó entre 1948 y 1949.
“Hay una historia de los jugadores de fútbol dentro y fuera de la cancha, particularmente como trabajadores. Hoy se registra más un contraste entre quienes viven lo mismo que otros trabajadores, como los del ascenso, y los cracks del fútbol. En esa época esto de dentro y fuera de la cancha no estaba tan disociado. En ese entonces grandes jugadores eran representantes gremiales, como Adolfo Pedernera o Alfredo Di Stéfano", cuenta Borenstein en una charla con Diego Zelonka en No Te Vayas Campeón.
La Asociación de Futbolistas Argentinos Agremiados surgió a fines de 1944. En ese entonces Juan Domingo Perón era secretario de Trabajo y Previsión. Sin embargo, no lograban el reconocimiento gremial. “Lo que Perón hacía de alguna manera era estatizar a los trabajadores. Y lo que querían los jugadores era ir por fuera del Estado. Hacían asambleas en la Federación de Box”.
La figura del futbolista era la de un artista de cine. “Actuaban en películas, tenían relación con el tango, eran parte de un mundillo relacionado con el arte, pero como jugadores seguían sin la profesionalización. No tenían la libertad de acción para cambiar de clubes, se le caían contratos”.
Borenstein recuerda que, en una conferencia de prensa tras un pase millonario, Pedernera sostuvo: “Soy un artista, soy un trabajador pero sobre todo soy parte de un colectivo que no todos estamos en la misma situación”. El peronismo tenía un ideal de promoción del deporte pero también ya asumía al fútbol como un espectáculo. “El del peronismo y el fútbol fue un vínculo complejo donde hubo acercamientos y también mucho conflicto”.
“En la huelga del '48 lo primero que hacen los dirigentes, apoyados por la AFA peronista, es decretar la vuelta al amateurismo como una medida. Y la otra fue usar a los pibes de los torneos Evita para que jueguen si los jugadores estaban en huelga. Y los hinchas en esa no apoyaron la medida”, cuenta. Esta situación de tensión provocó que un centenar de jugadores emigren a ligas extranjeras, sobre todo a Colombia, provocando una notable pérdida de talento en el fútbol local.
La consecuente disminución del nivel competitivo influyó en la decisión de que Argentina no participara en los Mundiales de Brasil 1950 y Suiza 1954. Borenstein, a través de entrevistas y una exhaustiva investigación en medios de la época, reconstruye este período de desencuentros entre el gobierno peronista y el fútbol, analizando cómo afectaron al desarrollo del deporte en el país. “Los muchachos futbolistas” es una publicación de Editorial Aguilar.