El Presidente de Fundación Éforo, Federico Recagno, habló con Todas Las Cosas aproximándose a un balance de fin de año y reflexionó acerca de la polémica por los planes sociales, el mundo del trabajo y la informalidad laboral.

 “Se enoja la sociedad, y con razón, con aquellos que cobran planes sociales y no deberían cobrarlos, por un lado, pero también debería haber un enojo por aquellos que deberían cobrar planes y no los cobran porque estamos hablando de indigencia, estamos hablando de pobreza, estamos hablando de una situación crítica para un montón de gente”, comentó Federico.

Además aclaró: “Lo que ocurre es que estos planes son por inscripción, viene alguien y se inscribe y no esta detectado quien es pobre o indigente, ya en esa inscripción debería haber automáticamente un cruce de datos, para poder tomar decisiones”, sumando que el entrecruzamiento de datos debería aplicarse  también para el área educativa, donde, por ejemplo sólo 16 por cada 100 estudiantes finaliza el Secundario.

Con respecto al control en el otorgamiento de los planes sociales, explicó cuan necesaria es la intermediación, pero hay que estar atentos al clientelismo o el beneficio personal de aquel que cumple ese rol: “es muy difícil desde una oficina del Ministerio de Trabajo o del Ministerio de Acción Social detectar a las personas (que lo necesitan) y hay que recurrir al territorio”, amplió con claridad.