A partir de la publicación del Boletín Oficial el pasado jueves 9 de enero, distintas federaciones de docentes universitarios presentaron su repudio a los cambios introducidos en el proceso de asignación de financiamiento a investigaciones científicas. Para analizar esta situación, Velocidad Argentina conversó con Jorge Aliaga, miembro del directorio del CONICET en representación de las universidades.

El delegado explicó que la reciente resolución determina que será Darío Genua, el actual secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, quien decidirá si los proyectos presentados para investigación (que muchos se encuentran frenados por falta de respuesta desde el año pasado) son aprobados o rechazados, sin mediar los motivos formales que solían respetarse para tomar este tipo de decisiones.

“El gobierno considera que si hay algún tema que deba ser investigado, serán los privados los que se ocupen de financiarlo”.

Aliaga destacó que el documento prioriza temáticas como agroindustria, minería, energía, innovación y salud para las futuras investigaciones, pero que “no garantiza tampoco que, si son de esos ejes, se vayan a aprobar los proyectos”.

También detalló que, al presentar el presupuesto 2025, que luego no se trató, el presidente no contempló salud, educación ni ciencia como puntos nacionales, sino que deben encargarse las provincias. “El gobierno considera que si hay algún tema que deba ser investigado, serán los privados los que se ocupen de financiarlo”, determinó.

Con respecto a los proyectos que habían sido presentados y aprobados, pero que por la inflación quedaron con montos desactualizados, Aliaga explicó que hay tres opciones. Por un lado, adaptar el monto otorgado a lo que “pueda hacerse con esa plata hoy en día”, por otro, devolver el dinero y cancelar el proyecto, o bien, ajustar el monto si lo consideran pertinente para dar curso. “Ellos van a tener la discrecionalidad para definir en cada caso qué es lo que van a hacer”, concluyó.

A modo de ejemplo, relató el caso de la Universidad de Hurlingham, donde se comenzó a construir un nuevo laboratorio y debían comprarse dos microscopios, pero por el recorte no alcanzó el dinero, y se encuentra la obra paralizada. La universidad propuso entonces comprar un solo microscopio, y ahora “se encuentran a la espera de la definición, si se aprueba y adquieren uno solo, o deben devolver todo el dinero”.

Aliaga concluyó que “son decisiones políticas”. También expresó su preocupación al respecto de la práctica del gobierno de difundir noticias falsas en contra de las universidades: “Es agraviante”.

Jorge Aliaga, y las restricciones sobre el CONICET para realizar investigaciones